Nuestras piedras
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Diamante Negro
Su nombre proviene del griego adámas, que significa el inalterable o el indestructible.
Los diamantes se forman en condiciones de presión y temperatura extremas a profundidades de entre 140 y 190 kms del manto terrestre,
desarrollándose durante 1 a 3,3 millones de años y llegan cerca de la superficie de la tierra a través de erupciones volcánicas profundas.
Algunos de ellos son de formación extraterrestre, al llegar con el impacto de asteroides, se dice que provienen de estrellas supernovas.
El diamante ayuda a transformarnos interiormente y refuerza la unidad.